En 29 meses casi duplicó el tamaño de oferta

Pocos entendieron cuando en el verano de 2022 Juan Soto rechazó una extensión de los Nacionales que le garantizaba 440 millones de dólares por 15 años (2023-2037), una cifra que a nadie se le había entregado hasta entonces, ni siquiera a Mike Trout o Mookie Betts. 

En los siguientes 29 meses el jardinero dominicano no solo agregó 53 millones de dólares a sus cuentas a través del arbitraje, sino que aprovechó esos turnos entre Padres y Yankees para revalorizarse tan alto como para casi duplicar el tamaño del contrato de Washington.

El acuerdo récord para deportistas que «Juanjo» rubricó con los Mets llega a US$765 millones, pero puede alcanzar los 805 millones de dólares si el club metropolitano decide continuar la relación tras el quinto año. 

Soto, un prodigio que llegó al Big Show con 19 años y de inmediato se atornilló en el line-up, apeló por un viejo, pero riesgoso camino que cada vez menos peloteros toman y hoy cosecha los frutos. Rechazar esas extensiones con las que los clubes buscan evitar competir con los otros 29 en la agencia libre.

Una práctica que se aceleró en la década de 1990, pero que hoy es tan habitual al punto de que van 51 dominicanos que la aceptaron desde que César Cedeño abrió esa puerta en 1978 con una de 3,5 millones de dólares por una década con los Astros (19,9 millones de dólares a precio de 2024). 

Desde Alex Rodríguez hasta Rafael Devers, incluyendo Pedro Martínez, Albert Pujols, Manny Ramírez, Bartolo Colón y Vladimir Guerrero padre se «aseguraron» con la venta de años de servicios antes de perseguir los megacontratos que eventualmente lograron en la agencia libre

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