Los barrios populosos del DN como Guachupita, Gualey, Capotillo, Villa Juana, Villa María y Villa Consuelo, dieron muestras de creatividad e identidad cultural resaltando en casi todas las comparsas una gran presencia de niños y jóvenes

Cientos de personas rodearon la tarde de este domingo el malecón de Santo Domingo para presenciar las más de 80 comparsas que desfilaron en el Carnaval del Distrito Nacional 2025.

Los barrios populosos del DN como Guachupita, Gualey, Capotillo, Villa Juana, Villa María y Villa Consuelo dieron muestras de creatividad e identidad cultural resaltando en casi todas las comparsas una gran presencia de niños y jóvenes, de quienes se espera que mantendrán viva la tradición.

La alcaldesa del Distrito Nacional, Carolina Mejía, dijo que las diferentes manifestaciones de la cultura y el folclor significan un rescate de las tradiciones y a la vez son una apuesta a la juventud dominicana.

El inicio de esta fiesta cultural se produjo con la entrada de Carolina Mejía, quien, junto al vicealcalde Stalin Alcántara y Los Guloyas de Propagás, dieron la bienvenida a los miles de presentes.

Posteriormente se le entregó un pergamino del Carnaval 2025 a doña Milagros Ortiz Bosch por su contribución a la cultura.

Ortiz Bosch expresó su agradecimiento y destacó la importancia del carnaval, de cual tuvo la oportunidad, en 1983, de organizar el Desfile Nacional del Carnaval.

La funcionaria valoró la integración de los más pequeños en esta edición. «Hay una hermosa sintonía familiar», resaltó.

El ministro de Cultura, Roberto Ángel Salcedo, saludó el trabajo realizado para llevar a cabo este desfile y exhortó a mantenerlo y consolidarlo año tras año.

El rey Juan Carlos Núñez «Kiko» y la reina Paulina Ramírez lucieron sus respectivas coronas entre los invitados.

Derroche de color en comparsas 

Este 2025, el arte y la alegría se vivió con todo su esplendor.

Sin embargo, hubo lentitud entre las salidas de las comparsas que duraban hasta 10 minutos entre una y otra. Mientras pasaba la tarde la organización apresuró el paso.

Los niños derrocharon ternura e inocencia y desfilaron con mini trajes de diablos cojuelos, lechones e indígenas en la mayoría de los grupos.

La comparsa «Sangre africana», de Guachupita, fue una de las más vistosas elevando las raíces de nuestros antepasados.  

«La fiestas de los dulces», de Villa María, ganadores del Gran Premio el año pasado, se impuso en el desfile. La bulla y los aplausos comenzaron desde antes de llegar al área de la tarima principal donde estaban los jueces.

«Dejaron el barrio vacío», dijo un asistente al ver pasando el grupo del barrio de Villa María, integrado por casi un centenar de niñosjóvenes y adultos. Todos combinaron el baile de baton ballet y pasos carnavaleros, con la banda de «Ali Babá» y creativos disfraces.

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