Tras haber jugado en 1,053 partidos para Boston, esta fue la despedida menos pensada para Rafael Devers, quien fue firmado por la organización cuando apenas tenía 16 años (en 2013), por un bono de US$ 1.5 millones.

Ante la salida de miembros del equipo ganador de la Serie Mundial de 2018, como Mookie Betts y Xander Bogaerts, el mismo propietario de los Medias Rojas, John Henry, viajó a la República Dominicana a finales de 2022, para evitar que Devers fuera agente libre.

El pelotero que se convirtió en el 2023, en el jugador con el mayor contrato jamás otorgado por la franquicia (US$ 313 millones por 10 años), fue protagonista de una tensa relación con su club, que lejos de tratarse en privado, se convirtió en un circo que no se veía  hacía rato en MLB.

Tras la llegada del tercera base  Alex Bregman, a Devers primero se le pidió jugar como bateador designado, y luego tras la lesión de Tristan Casas, se le solicitó defender el primer cojín. A la primera propuesta aunque se negó, la terminó aceptando.

En la segunda, su enojo era tal que llegó a pedirle a la gerencia que si necesitaban un primera base, que lo fueran a buscar a la agencia libre, y que aprendieran a hacer bien su trabajo.

En ese preámbulo que se da un inesperado cambio con los Gigantes de San Francisco, por el lanzador derecho Jordan Hicks, el lanzador zurdo Kyle Harrison y los prospectos James Tibbs III y José Bello.

Las horas finales

«Eso es cosa del pasado«, dijo Devers, cuando se le cuestionó sobre los conflictos con el equipo, luego abordar el autobús del conjunto que salió hacia el aeropuerto a las 5:15 p.m. de la tarde de ayer.

A las 7:05 p.m., el vuelo de los Red Sox a Seattle despegaba sin Rafael Devers, quien regresó en un Uber al Fenway Park de Boston, para ahí abordar un vehículo que lo retiraba del lugar que había sido su casa por los últimos nueve años.

Devers no estuvo disponible para comentarios, pero mientras hoy se prepara para enfrentar a Shohei Ohtani en su debut como lanzador en 2025, Boston y los Gigantes de San Francisco tendrán una serie de tres partidos este fin de semana.

Será  el reencuentro de Devers con Boston, apenas a seis días del sorprendente cambio.

La situación en San Francisco

Los Gigantes acaban de extenderle el contrato a Matt Chapman, así que obviamente la tercera base está asegurada por muchos años.

La franquicia californiana sí necesita un primera base (ahora sería Dominic Smith tras el envío de LaMonte Wade Jr. a Anaheim), un escenario al que Devers no le vendría mal conversar con la gerencia.

Para su producción ofensiva actual, los $31.35 millones que se le pagan Devers, valen la pena.

Pero, ¿será lo mismo en 2033, cuando finalmente termine su contrato, cuando tenga más de 30 años?

EL rol de Devers como,  bateador designado, es un puesto en el que él estará allí por mucho, mucho tiempo. Esto es lo que preocupaba a los Medias Rojas, siendo los problemas de posición la única razón por la que pensaron en cambiarlo. Esas preocupaciones ahora son de los Gigantes.

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